Las zonas a tratar se inyectan con un líquido tumescente que tiene como función expandir los tejidos; facilitar la aspiración de células grasa; adormecer el área de tratamiento; y minimiza el sangrado. Una vez que el líquido tumescente se inyecta en la zona de tratamiento, el cirujano debe esperar unos minutos para que el líquido haga efecto y poder iniciar el procedimiento. Se realizan mini-incisiones (0.5 a 1 cm) localizadas en zonas discretas como pliegues naturales de su cuerpo dependiendo de la ubicación del procedimiento. A través de estas incisiones pequeñas su médico insertará un pequeño tubo alargado llamado cánula, que se conecta a la aspiración. Utilizando un movimiento hacia adelante y hacia atrás, pequeños túneles se crean en la capa de grasa, que permiten su extracción por succión. Los túneles se derrumbarán en las próximas semanas, dando lugar a nuevos contornos en las áreas de tratamiento específico. Las incisiones se pueden cerrar con suturas y apósitos absorbentes se utilizan para la curación.